Una pared para cada parquet: cómo combinar sin equivocarnos

Parquets Tropicales

Diseñar el estilo de nuestra casa metro a metro, palmo a palmo, es un auténtico placer que nos puede proporcionar muchas horas de deleite. Hay un gran número de variables que determinan en última instancia el resultado, el aspecto que a su vez definirá la personalidad de la casa, en general, y sus estancias, en […]

Diseñar el estilo de nuestra casa metro a metro, palmo a palmo, es un auténtico placer que nos puede proporcionar muchas horas de deleite. Hay un gran número de variables que determinan en última instancia el resultado, el aspecto que a su vez definirá la personalidad de la casa, en general, y sus estancias, en particular. Hoy vamos a centrarnos en un elemento básico a tener en cuenta en las combinaciones de tonos y colores que establecerán el equilibrio estético que buscamos: las paredes y sus distintas conjugaciones con nuestro pavimento de madera.

Porque, efectivamente, las paredes juegan un papel fundamental. Paredes y parquet, de hecho, son los lienzos a partir de los cuales nos inspiraremos para introducir textiles, objetos decorativos, plantas, etc. Es por esa razón que esos dos planos que marcan la dimensionalidad de las habitaciones son tan importantes. Por ejemplo, si el parquet que hemos elegido exhibe un tono intenso de madera clásica, podemos extender la calidez y el carácter rústico llevando la madera a las paredes o, simplemente, moderar ese clasicismo optando por unas paredes blancas o de tonos pálidos.

El estilo nórdico, por su parte, suele dar protagonismo a las maderas y vinilos de gamas grises, por lo que las paredes blancas serán, también en este caso, una buena opción. La combinación gris-blanco no sólo vale para este estilo, sino que nos permitirá imprimir una imagen más contemporánea. Sin embargo, en ese tipo de juegos cromáticos es muy importante no perder de vista el factor luz. Debemos recordar que la decoración nórdica y otras tendencias similares son propias, precisamente, de tradiciones arquitectónicas que buscan exprimir al máximo las horas de luz. Por ese motivo, esta alternativa sólo cobrará pleno sentido si la aplicamos en espacios en los que la luminosidad sea lo bastante generosa para crear sensación de amplitud.

En otro orden de cosas, también podemos desdeñar esas gradaciones suaves y lanzarnos a contrastes más atrevidos. Por ejemplo, una combinación de blancos y negros bien llevada y coherente con el resto de la decoración puede ser una elección arriesgada pero muy elegante. Por último, la combinación de madera y tonos oscuros también puede dar pie a decoraciones contundentes y llenas de personalidad. Sea como sea el usuario, el suelo de parquet y las paredes que lo rodean nos ofrecen un abanico enorme de posibilidades con el que podremos hacer pruebas hasta conseguir el perfecto reflejo de nuestra casa soñada.

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