Con la proximidad del invierno, aumentan las ganas de refugiarse en casa, dormir mucho y sentir el calor del hogar. En las épocas de frío, las casas rústicas, ya sean como segunda residencia o como primera, son uno de los ambientes más agradables en los que podemos hibernar hasta que el calor y la luz lleguen de nuevo a nuestras vidas. Como ya hemos visto con anterioridad, en este tipo de casas las maderas naturales en el suelo de parquet, especialmente las más fuertes y resistentes, se imponen como base para una decoración de estilo más rural o campestre. Si queremos ahorrar costes, entonces podemos recurrir a tarimas flotantes que abaratarán considerablemente el precio y conseguirán un efecto muy similar.
Pero, ¿cómo decorar para una casa de ambiente rústico? Hay varias directrices que nos van a ayudar a sacar el máximo partido. Por ejemplo, es imprescindible que confíes en la madera como uno de los elementos principales para vestir tu salón o habitación. No se trata sólo del pavimento o parquet: debe estar presente en marcos de puertas y ventanas para potenciar el efecto rústico. Si además se trata de grandes ventanas que dejan pasar cantidades generosas de luz, mejor que mejor. Y si además estas vienen acompañadas de contraventanas, mejor todavía, pues siempre aportan un toque de encanto adicional que resulta perfecto en una casa de campo.
Otro elemento clave es la piedra. Tendremos mucho ganado si contamos con paredes de piedra o chimeneas, ya que contribuyen en gran medida a crear esa atmósfera y esa sensación de rusticidad. Es importante, en ese caso, un mantenimiento cuidadoso y continuado para que la piedra conserve su profundidad y limpieza.
En cuanto a los muebles, de nuevo el consejo es madera, madera, madera. Madera de tonos claros para estancias con menos luz, y madera más oscura y contundente para aquellas que estén bañadas por ella. Se trata de buscar siempre la mayor armonía posible a partir de las distintas tonalidades y gradaciones de luz. También podemos probar a dar a algunos muebles un aspecto más envejecido lijando la madera o introducir algún elemento decorativo más vintage. Si estamos hablando de muebles para terraza o del cabecero de una cama, entonces lo mejor es apostar por hierro forjado para combinar con el resto.
Por último, los pequeños detalles: fotos y cuadros siempre deberán llevar marcos de madera, y podremos sentirnos libres para introducir textiles, preferiblemente de tonalidades suaves: mantas, alfombras, salvamanteles de rafia, etc. También está permitido introducir plantas que impriman un aspecto un poco más silvestre. Eso sí, deberemos de preocuparnos de no sobrecargar el ambiente en exceso de pequeños elementos y de respetar cierto desahogo. De esta manera conseguiremos sencillez y calidez desde la mínima expresión para pasar un invierno de lo más agradable.
0 comentarios