El origen de las Fallas

Parquets Tropicales

En el post de hoy os hablaremos de la madera y… ¡de las Fallas!. La madera, ese material que representa a los carpinteros y que tiene un gran papel en el mundo de las fallas. Y por el otro lado, las Fallas, esa gran fiesta que ha conseguido ser declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de […]

En el post de hoy os hablaremos de la madera y… ¡de las Fallas!. La madera, ese material que representa a los carpinteros y que tiene un gran papel en el mundo de las fallas. Y por el otro lado, las Fallas, esa gran fiesta que ha conseguido ser declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y que es considerada como una de las más importantes para todo aquel que sea valenciano y valenciano de sentimiento.

Pero, para poder hablar del papel que juega hoy en día la madera en esta gran fiesta, tenemos que remontarnos al siglo XVIII donde había una antigua tradición en la que los carpinteros de Valencia recogían y amontonaban muebles y trastos viejos o rotos en las plazas y calles delante de sus talleres. Estos muebles los quemaban por la noche, la víspera del día de la fiesta del patrón de los carpinteros, San José (19 de marzo) como ritual de bienvenida a la primavera. Es por eso que el día de la cremá siempre coincide con el 19 de marzo.

Poco a poco esta tradición fue evolucionando y cogiendo forma, ya no solo se dedicaban a quemar muebles y trastos sino que también se mostraban escenas que caricaturizaban la crítica política, social, económica… y donde la ironía y el sentido del humor estaban muy presentes. A partir de ahí, y debido a la persecución que había en 1870 hacia los festejos populares, una revista llamada “La Traca” apareció para que la tradición se preservase y comenzó a dar premios a los mejores monumentos falleros consiguiendo así, que en 1901 el ayuntamiento se involucrase y diese los primeros premios municipales a los mejores monumentos.

Desde ese año la fiesta experimenta un cambio espectacular. Los ninots ya no eran de madera recubiertos de paja o de cartón si no que nuevos materiales más baratos y mucho más fáciles de moldear aparecieron como el poliuretano y el poliestireno, haciendo que los monumentos se convirtiesen en grandes obras de arte, donde los artistas falleros podían dar rienda suelta a su imaginación.

Este cambio provocó que la madera pasase a estar en un segundo plano y que se perdiese un poco la esencia de la fiesta, aunque la madera seguía siendo uno de los materiales principales para artistas como Manolo García elevando este elemento a otro nivel y demostrando los monumentos tan impactantes que se pueden hacer con ella.

En el caso de Manolo García en 2012 sorprendió a todos con un monumento de la cabeza de Leonardo Da Vinci de 23 metros para la falla Na Jordana donde el 90% era madera. En 2013, continuo como artista fallero de la falla y junto a Creatiu Ítaca y Javier Álvarez volvió a impactar con el majestuoso caballo de Troya de 18 metros. Y, en 2014 de nuevo con la menina de 17 metros para Nou Campanar.

Ese año hubo un antes y un después, ya que además de realizar el monumento de una falla como es Nou Campanar, también se le pidió que hiciese el monumento de la falla del ayuntamiento. Un Moisés todo hecho con la técnica de vareta sentado encima del libro de los 10 mandamientos lo que supuso un monumento espectacular de unos 21 metros. A partir de ahí continuó haciendo la falla municipal tres años más.

En 2015 el León del congreso (21 metros de altura), en 2016 el homenaje a los artistas falleros (23 metros de altura) y en 2017 la torre de comunicaciones (40 metros) siempre utilizando la técnica de vareta. Esto sentó un precedente en el uso de la madera en las Fallas del ayuntamiento ya que en 2017 eligieron a Giovanni Nardin y Anna Ruiz Sospedra dos artistas que optan por los materiales sostenibles para sus monumentos para, realizar la falla infantil.

En 2018 Manolo García ya no se presentó y dejó paso a los artistas José Latorre y Gabriel Sanz, que dieron forma a la idea y al diseño del creador Okuda San Miguel. Del mismo modo, este año Latorre y Sanz han vuelto a ser elegidos como los artistas de la falla municipal con la colaboración de Pichiavo (Juan Antonio Sánchez y Alvaro Hernández) dos artistas urbanos valencianos. Y, a pesar de que estos dos últimos años no las hiciese Manolo García, él consiguió que a partir de ahí las Fallas del ayuntamiento tuviesen la madera muy presente tanto que, la falla de este año está hecha principalmente de madera recuperando así la esencia de la cremá tradicional, mucho más lenta y limpia.

Contenido relacionado

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *