¿Estrés en tu día a día? ¿Una agenda terriblemente ocupada? ¿Las depresiones post-vacaciones son cada vez más deprimentes y las vacaciones cada vez menos vacaciones? Dinamarca, el país más feliz del mundo (así lo ha considerado la ONU) tiene un regalo para ti. Se llama hygge, y sí, es el secreto de la felicidad.

Mientras pasas tu escaso tiempo libre preguntándote dónde está esa felicidad, la tienes delante. El hygge propone un estilo de vida equilibrado, que te ayude a conseguir la ansiada paz y hacer que, por duro que sea tu rutina, volver a casa sea como llegar a un paraíso. Para saber cómo hacer de tu casa una casa hygge, aquí te traemos algunas ideas. Cuanto antes empieces a ponerlas en marcha, antes avanzarás hacia una felicidad basada en la sencillez de los placeres cotidianos.

1. Deja entrar la luz. Como bien sabrás, esta es una regla de oro cuando hablamos de interiorismo y hablamos de estilo escandinavo. En una zona en la que la luz escasea, es necesario extraer el máximo de esos rayos de sol. Por lo tanto, concibe las estancias de tu casa en clave luminosa. Tu estado de ánimo lo notará.

2. ¡Madera, madera, madera! ¿Y cómo sacar el máximo partido de esa luz? La respuesta es madera. Suelos de parquet claros que absorben toda la vida que da la luz exterior. Auténtica madera natural que multiplica el bienestar. Muebles de madera que encuentran su armonía en ese ambiente perfectamente equilibrado.

3. Colores suaves. Aportar suavidad a tu entorno es una manera de asegurar esa sensación en la que nada sobra, nada falta. Apuesta por maderas de tonos claros. Beige, blanco, grises claros son colores muy agradecidos a la hora de conseguir el hygge.

3. Los pequeños detalles. Efectivamente, son muy importantes. Pequeños elementos decorativos como velas pueden aportar un extra de intimidad que agradecerás. Prueba con jarrones, flores, y pequeños elementos decorativos y asegúrate de que nada te sobre. Más vale que seas austero que excesivo.

4. Deja entrar la naturaleza. Las plantas son tus aliadas. Si la idea es sentirte en comunión con el mundo, nada mejor que dejar entrar un poco de verde en tu hogar. Combina plantas con muebles de madera. Juega, diviértete, déjate llevar por tu inspiración y traza tu propio estilo sin abandonar las bases del hygge.

5. Fotos y espejos. Pequeños espejos combinados con grandes fotos. Fotos de tus recuerdos repartidas por tu salón. Se trata de que estés bien, y a menudo reconocer en un golpe de vista esos momentos que guardas con especial cariño es una forma fantástica de hacerlo.