Hasta ahora os hemos hablado largo y tendido del uso de la madera en casa. De estilos decorativos, de los tipos y colores de parquet que más se adecúan a cada estilo y del mantenimiento del pavimento de madera para que vuestro hogar sea un oasis de elegancia y calma.

Sin embargo, tampoco podemos olvidar que pasamos una parte muy importante del día en el trabajo, y que por tanto resulta fundamental que el entorno laboral sea un lugar igualmente acogedor, en el que uno pueda sentirse a gusto y concentrarse sin dificultades. Por esta razón, hoy queremos revelarte algunas reglas de oro para hacer de tu lugar de trabajo un contexto en el que te sientas cómodo. Y por supuesto, la madera es un elemento que puede ayudarte mucho en este sentido.

1. La elección del suelo, el principio de todo. Sabes que la casa no se empieza por el tejado, y por lo tanto tu oficina debería empezar por el suelo que vas a elegir. Es una decisión muy importante, pues el tono y el tipo de material que escojas servirá como base para todo lo demás (el diseño de los espacios, la sensación de amplitud, la necesidad de una habitación más o menos recargada, etc.). Empieza por pensar el tipo de oficina que estás proyectando. ¿Se trata de una gran oficina en la que trabajará mucha gente? Entonces sabemos que el suelo se verá sometido a un gran desgaste, y en ese caso quizá sea interesante considerar el suelo laminado como opción. Su estabilidad de color, su resistencia al desgaste y la humedad y la amplísima gama de opciones que ofrece juegan a su favor. Pero si se trata de un despacho personal o una sala de reuniones, quizá sea mejor apostar por el parquet tradicional. Esto significa abrazar un material de acabado irrepetible, de textura y calidez únicas. En definitiva, apostar por la elegancia de la madera, que ni mucho menos está reñida con la funcionalidad. Con tu suelo de parquet podrás llevar a cabo reparaciones sin problemas y combinarlo, por ejemplo, con un sistema de calefacción por suelo radiante.

2. Prima el espacio. Ya sea un despacho o una oficina colectiva, ten en cuenta que el espacio es primordial. El día a día se lo come y a menudo no nos podemos permitir deternernos para recuperar el terreno perdido. La sensación de amplitud, por lo tanto, es una necesidad a la que el suelo de madera, combinado con grandes cristaleras, luz natural e incluso techo de madera, pueden ayudar.

3. Diseño + funcionalidad. Aunque seamos unos devotos del diseño, deberemos buscar el equilibrio perfecto entre la creatividad a la hora de diseñar una oficina o despacho y la funcionalidad que ofrece. No sobrecargues los espacios con muebles. Puedes introducir elementos novedosos, apostar por el minimalismo o por toques nórdicos. Puedes introducir un imponente sofá o sinuosas mesas de diseño. Pero ante todo, no olvides que la prioridad es que tanto tus empleados como tú estéis cómodos en todo momento.