Si te gusta lo exótico y tienes debilidad por todo lo que venga de oriente, ¿por qué no transportar tu dormitorio hasta esas tierras lejanas? Como hemos dicho muchas veces, tu casa es una extensión de quién eres y lo que te define, y apostar por ambientes que nos llevan a otras coordenadas es siempre una buena manera de sentirse como en casa.

Así pues, veamos algunos consejos para convertir tu dormitorio en un exclusivo rincón oriental. Y empecemos, como es costumbre, por el suelo. El pavimento de madera va a ser una vez más determinante a la hora de erigir una atmósfera equilibrada y de sensaciones orientales. Si este es tu objetivo, entonces te sugerimos que apuestes decididamente por la madera natural. Lo ideal sería instalar madera maciza y quizá apostar por alguna madera exótica que dé un acabado robusto y sereno. El bambú, utilizado en muchas casas japonesas, es una madera muy agradecida y resistente a arañazos y golpes, por lo que puede ser una muy buena opción. Pero si no quieres gastarte mucho dinero en la instalación, entonces una tarima flotante que imite el aspecto y textura de la madera natural es también una opción excelente.

En lo que respecta a la decoración, te recomendamos que apuestes sin miedo por la cerámica, elemento clave que te ayudará a conseguir lo que buscas. Jarrones, figuras y otros detalles decorativos, siempre dentro de un equilibrio y sin caer en el exceso, pueden transformar el ambiente por completo. Asimismo, abanicos y objetos de mimbre pueden ser de gran apoyo y te pueden servir para suavizar el entorno y obtener una decoración de muy buen gusto, delicada y armónica.

Más elementos que puedes integrar: las alfombras de rafia te pueden dar un toque de elegancia que siempre es de agradecer en tu dormitorio. En cuanto a plantas, no dudes en integrar plantas orientales como bonsáis, lenguas de vaca o de tigre, crisantemos, etc. Según vayas eligiendo los colores de tus muebles, sabrás cuál es la planta que mejor se adapta a ese entorno.

Por último, y respecto a los muebles, está claro lo que necesitas: mesitas bajas, camas de tatami, madera en general y nada de colores chillones. Recueda que la discreción es una valiosa aliada para elegir, y aquí también entran las lámparas. Una vez más, busca que se integren en el ambiente sin grandes alardes, como una extensión que contribuye a la armonía buscada.